Título en inglés | Abide with me |
Letra | 1847 Henry Francis Lyte |
Música | 1861 William Henry Monk |
Versión en español | Thomas Martin Westrup |
Texto Bíblico | Lucas 24:29 |
Himnario Adventista Bautista Metodista | # Título 048 (antiguo) Señor Jesús el día ya se fue 221 Señor Jesús, la luz del sol se fue 205 Señor Jesús el día ya se fue |
Henry Francis Lyte nació en Kelso, Escocia, el primero de junio de 1793. Su mayor influencia de niñez fue su madre Anna Maria, y cuenta el mismo Henry que fue en las rodillas de su madre donde aprendió a orar y oyó por vez primera las historias de la Biblia. Su padre era más aficionado a pescar y disparar, así que se desentendió de sus responsabilidades familiares. A los nueve años fue enviado a la escuela de Protoro en Irlanda. Su madre falleció poco después, y a pesar de descender de una distinguida familia y ser hijo del Capitán de la Armada Thomas Lyte, Henry sólo contó con la caridad de sus amigos, en especial del Reverendo Burrows quien pagó sus estudios. Ingresó al Trinity College en Dublin en 1812. Al siguiente año obtuvo una beca. Ganó el premio de poesía inglesa tres años consecutivos. Se ayudó a financiar sus estudios con donaciones de sus profesores y dando clases privadas. Al terminar sus estudios secundarios se propuso estudiar medicina. Sin embargo su llamado religioso primó y decidió dedicarse al ministerio cristiano. Fue ordenado sacerdote de la iglesia anglicana.
En un pueblo a siete millas de Oxford se hizo cargo de una parroquia con la única compañía de una flauta, su pluma y sus libros. Allí aprovechó para escribir varios poemas que llegaron a ser apreciados en las más altas esferas del poder en el Reino Unido. A la par se dedicó a visitar a los feligreses de su parroquia y auxiliarles en todo cuanto podía.
El Reverendo Abraham Swanne fue una gran influencia en su vida espiritual, y cuando enfermó, Henry cuidó de él hasta su muerte y luego se encargó del cuidado de su esposa y sus hijos. Esto le significó un esfuerzo físico y mental tan grande que enfermó y se le ordenó viajar “al continente” si quería vivir. Estuvo en Francia e Italia hasta que su salud mejoró y se estableció en Marazion en Inglaterra. Allí conoció a su esposa Anne Maxwell. En 1821 falleció su pequeña hija Anna María al mes de nacer, a quien había puesto el nombre de su madre. Años después escribió un sentido poema recordando los momentos de dolor que vinieron tras la pérdida de su pequeña.
Henry era un hombre convencido de que el servicio cristiano iba más allá de la predicación de la palabra, y dedicó gran parte de sus fuerzas a un programa de salud y educación. Los domingos daba clases a niños y adultos donde les enseñaban desde leer y escribir, y llegaron a tener más de 700 alumnos, y entre 70 y 80 profesores voluntarios.
Tanto trabajo terminó pasando factura y en la primavera de 1839 luego de varias semanas de sufrimiento el Dr. Chambers le dijo que amenos que descansara por un tiempo su viaje en esta vida iba a terminar. Sin embargo Henry siguió acabando lo que le quedaba de salud, dedicado a su misión de enseñanza y ministerio parroquial. En los meses más fríos de otoño e invierno de 1843, al quedarse sin su asistente en la parroquia contrajo un cuadro de bronquitis por exposición al aire frío de la noche,. Finalmente en 1844 se vio obligado a acatar la recomendación médica y se mudó a Nápoles buscando un clima más cálido. Varias veces estuvo a punto de morir por las intensas fiebres que lo azotaban. Luego de 2 años de enfermedad, cuando sintió que había recuperado algo de sus fuerzas dejó Italia para volver a su amado Brixham en Inglaterra, con el deseo de supervisar el trabajo que había dejado antes. Su salud nunca se lo permitió y pronto supo que debía abandonar para siempre esas frías costas. En 1847 el amor por su pueblo pudo más que su enfermedad y regresó con cierto grado de fortaleza física que incluso le permitió oficiar la boda de su segundo hijo.
Terminaba el verano, y comenzaba el mes de Septiembre. Entonces expresó su deseo de predicar una vez más ante sus feligreses. En vano intentaron disuadirlo de su propósito. Una vez más dijo una de sus frases insignia “es mejor desgastarse que oxidarse”. Sabiendo que esta podría ser la última ocasión en que se dirigiera a su congregación, escribió un poema de ocho estrofas, donde expresaba su único deseo en lo que podrían ser sus últimos días: que Dios estuviera a su lado. Su último sermón fue sobre la cena del Señor. Esa misma tarde entregó a un familiar suyo el poema con la letra del himno Señor Jesús el día ya se fue, junto con una melodía que él mismo compuso.
Viajó de nuevo a Italia donde a los pocos días, el 20 de noviembre de 1847 falleció debido a un cuadro de Influenza que se sumó a su ya delicado estado de salud. En sus últimos momentos mientras miraba como hacia el cielo repetía las palabras “paz, gozo”.
Su sepulcro está señalado por una cruz en el cementerio Británico en Nice, Francia.
Varias personas intentaron en vano dar a Señor Jesús el día ya se fue una melodía más acorde con el tema. Hubo que esperar 14 años para que el organista y compositor William Henry Monk se encontrara con los versos de este poema. Al leerlo sintió la necesidad de componerle una melodía apropiada, y se dice que en media hora tuvo lista la melodía y el arreglo, al cual llamó eventide que en español significa noche.
Este himno ocupa un lugar importante en los corazones de la comunidad cristiana. Se ha cantado repetidas veces en funerales, en la segunda guerra mundial fue entonado por soldados ingleses al caer la noche en Italia. Varios cantantes famosos, incluyendo a Elton John y Susan Boyle han hecho sus versiones de este himno. En la ceremonia de inauguración de los juegos olímpicos de Londres 2012 se cantó en un sentido homenaje a las víctimas de los atentados terroristas ocurridos el 7 de julio de 2005 donde fallecieron 56 personas.
Señor Jesús el día ya se fue; uno de los himnos más exiquisitos en su letra, compuesto por un misionero moribundo, y una melodía sencilla, melancólica acompañada por un arreglo majestuoso, se ha ganado para siempre un lugar en la memoria colectiva del mundo cristiano.
Letra del himno Señor Jesús el día ya se fue:
Video instrumental en piano de este himno.
El poema escrito por Henry Francys Lyte consta de 8 estrofas las cuales dejo a continuación con la traducción al español. Sólamente los versos 1, 2, 6 y 8 fueron adaptados al español.
Abide with me; fast falls the eventide; The darkness deepens; Lord with me abide. When other helpers fail and comforts flee, Help of the helpless, O abide with me. | Quédate a mi lado, rápido cae la noche La oscuridad aumenta, Señor quédate a mi lado. Cuando otros ayudantes fallan y el consuelo se va Ayuda del desvalido, oh, quédate a mi lado. |
Swift to its close ebbs out life’s little day; Earth’s joys grow dim; its glories pass away; Change and decay in all around I see; O Thou who changest not, abide with me. | Corre a su final el ocaso de nuestro corto día de vida; Se opaca el gozo terrenal; su gloria fallece; Cambio y decadencia veo en todo mi redor; Oh tú que no cambias, quédate a mi lado. |
Not a brief glance I beg, a passing word, But as Thou dwell’st with Thy disciples, Lord, Familiar, condescending, patient, free. Come not to sojourn, but abide with me. | No ruego una breve mirada, ni una palabra pasajera, Más como tú oh Señor moraste con tus discípulos, Familiar, condescendiente, paciente, libre. No vengas de paso, mas quédate conmigo. |
Come not in terror, as the King of kings, But kind and good, with healing in Thy wings; Tears for all woes, a heart for every plea. Come, Friend of sinners, thus abide with me. | No vengas en terror, como Rey de reyes, Sino amable y bueno, con sanidad en tus alas; Lágrimas por todos los males, un corazón por cada plegaria. Ven, Amigo de los pecadores, y quédate conmigo. |
Thou on my head in early youth didst smile, And though rebellious and perverse meanwhile, Thou hast not left me, oft as I left Thee. On to the close, O Lord, abide with me. | Tú en mi mente me sonreíste al empezar la juventud, Y aunque rebelde y perverso por un tiempo, No me has dejado, aunque yo te he abandonado, En mi final, Oh Señor, quédate conmigo. |
I need Thy presence every passing hour. What but Thy grace can foil the tempter’s power? Who, like Thyself, my guide and stay can be? Through cloud and sunshine, Lord, abide with me. | Necesito tu presencia cada hora que pasa. ¿Qué sino tu gracia puede contener el poder del tentador? ¿Quién, como tú, puede ser mi guía y mi cimiento? En lo nublado y en el sol, Señor, quédate conmigo. |
I fear no foe, with Thee at hand to bless; Ills have no weight, and tears no bitterness. Where is death’s sting? Where, grave, thy victory? I triumph still, if Thou abide with me. | No temo ningún mal, si estás presto a bendecir; Las dolencias no tienen peso, ni amargura las lágrimas. ¿Dónde está oh muerte tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro tu victoria? Yo aún triunfo, si tú estás conmigo. |
Hold Thou Thy cross before my closing eyes; Shine through the gloom and point me to the skies. Heaven’s morning breaks, and earth’s vain shadows flee; In life, in death, O Lord, abide with me. | Sostén tu cruz ante mis ojos que se cierran Brilla a través de la oscuridad y señálame los cielos. Rompe el alba celestial, huyen las vanas sombras terrenales, En la vida, en la muerte, Oh Señor, quédate conmigo. |
Artículos y sitios de referencia
– https://en.wikipedia.org/wiki/Abide_with_Me
– https://en.wikipedia.org/wiki/Henry_Francis_Lyte
– https://www.stempublishing.com/hymns/biographies/lyte.html
– https://hymnary.org/person/Lyte_HF
– «Henry Francis Lyte.» The Canterbury Dictionary of Hymnology. Canterbury Press. Web. 1 Jul. 2019.<http://www.hymnology.co.uk/h/henry-francis-lyte>.
– A Dictionary of Hymnology by Julian, John. Pag. 7
– Remains of the late Rev. Henry Francis Lyte, M.A., incumbent of Lower Brixham, Devon ; with a prefatory memoir
http://www.taghmon.com/vol1/3lyte/3lyte.htm
http://2ndww.blogspot.com/2011/05/hymn-that-softened-hatred-of-war.html
«Henry Francis Lyte and the Story of Abide With Me», (Manchester, England: Torch Publishing Company, 1957).